La mentalidad de abundancia no es una cuestión de lo que poseemos, sino de cómo interpretamos nuestras circunstancias y nos conectamos con el mundo. En una visión más amplia, reconoce que la riqueza verdadera se encuentra en la capacidad de crear, aprender, ayudar y confiar en que siempre habrá recursos para reconstruir y crecer.
Una mentalidad de abundancia se basa en la idea de que, al compartir conocimientos, experiencias y recursos, se crea un flujo positivo que beneficia tanto a quien da como a quien recibe.