El dinero es más que un recurso material: es una energía que refleja nuestras emociones, creencias y relaciones. Reconocer el dinero de esta forma nos permite redescubrir que la verdadera abundancia radica en nuestra capacidad de crear y adaptarnos. El dinero se convierte en una herramienta consciente para apoyar un propósito de vida más elevado y fluye al servicio del bienestar propio y colectivo.